cuando el sueño venga a por mí en silencio voy a construiruna vida a todo color donde vivamos juntos los dos.y sólo quedarán los buenos momentos de ayer que fueron de los dos.y hoy sólo quiero creer...


Feliz cumpleaños precioso de mi corazon

No hay lugar que no busques ser la estrella principal
holliwood queda solo en L.A perdiste la humildad
para ser especial Y entre la gente sonriendo vas
cuanta anestesia que te mandas quedaste en cuatro
a la idiotez garganta profunda.
Cuando la excusa es solo glamour vas olvidando este lado al sur abri los ojos de una vez no estamos a oscuras.
Todo llega y asi estas mendigando por ahi nada entendes siempre estas en otra. que te puedo decir:
podes ya no existir Y la ignorancia es tu perro fiel
cada minuto que te perdes es un ladrillo en la pared
dejandote solo. Cuando la excusa es solo glamour
vas olvidando este lado al sur abri los ojos de una vez no estamos a oscuras.


En aquel instante, no hubo nada que me asemejara a la persona que fui antaño, no quedó ni un jirón de los harapos de humanidad con los que me las arreglaba para encubrir mi naturaleza.

Yo era un depredador; ella, mi presa. No existía en el mundo otra verdad que no fuera ésta.

Para mí ya no había una habitación llena de testigos, porque en mi fuero interno los acababa de convertir a todos ellos en daños colaterales. El misterio de sus pensamientos quedó olvidado. Los pensamientos de Bella no me importaban nada porque no iba a poder pensar por mucho más tiempo.

Yo era un vampiro y ella tenía la sangre más dulce que había olido en ochenta años.

No concebía la existencia de un aroma como ése. Habría empezado a buscarlo desde mucho tiempo antes si hubiera sabido que existía. Hubiera peinado el planeta para encontrarlo.

Podía imaginar el sabor…

La sed ardía en mi garganta como si fuera fuego. Sentía la boca achicharrada y deshidratada y el flujo fresco de ponzoña no hizo nada por hacer desaparecer esa sensación. Mi estómago se retorció de hambre, un eco de la sed. Se me contrajeron los músculos, preparados para saltar.

No había pasado ni un segundo. Ella todavía no había terminado de dar el paso que la había puesto en la dirección del aire que fluía hacia mí.

Conforme su pie tocó el suelo, sus ojos se posaron en mí en un movimiento que ella pretendía que fuera sigiloso. Su mirada se encontró con la mía y me vi perfectamente reflejado en el amplio espejo de sus ojos.