Acerca de convertirse en esclava casi sin saberlo.

=) De chiquitita odiaba a Caperucita Roja. A mi mamá le encantaba, me lo leía una y otra vez. A mí lo único que me divertía era la parte donde el lobo le hincaba el diente a Caperucita. Caperucita Roja; renacuaja estúpida. La mamá le decía Caperucita, Caperucita, cruza el bosque, no te metas con extraños ¿Y que hace la mamerta? Va y se mete en la boca del lobo. El lobo nos puede engañar. Si, tal vez ahora está bajo la piel de un corderito, pero tenemos que sacarnos el miedo, divertirnos, reírnos en la cara del lobo. Si hace falta tenemos que ridiculizar esa historia para volver a sentirnos vivos. Porque no siempre el lobo está en el bosque, a veces vive adentro nuestro, al acecho, esperando nuestro error para comernos los sueños, la vida misma. Crecer es atreverse a cruzar el bosque, sin saber con qué nos podemos encontrar en el camino, si con un final feliz en la historia, o terminar en la boca del lobo. Feli dice que dejemos de pensar que una madre nos mandó solos y desarmados al bosque a enfrentarnos con un lobo desalmado. Tenemos que hacer algo porque no estamos ni solos ni desarmados.



1 comentario:

  1. hola sofia!! jaja como mierda me meti en tu blog? nunca lo sabras!
    bueh me pasaba porque estoy al pedo en la maquina a las 11:21 de la noche y no se que hacer...muy buena entrada que pusiste..(creo que eso no sono muy bien..no importa)
    no vemos...

    tu arma es tu mente

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